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Osiris Muñoz
 

Varillas retorcidas, piedras, un hoyo en la banqueta y los escombros de lo que era el patrimonio y hogar de tres familias se ven aún en el barrio de El Dique. Igual que la mañana del 1 de febrero.

Hace cuatro meses la vida de los vecinos de la calle Mártires de Xalapa dio un vuelco radical. Eran alrededor de las 2:56 horas cuando vecinos llamaron a los cuerpos de auxilio para reportar una explosión que les había quebrado el sueño a más de 200 personas de la zona.

La onda explosiva -provocada según la versión inicial por un cilindro de gas LP de 30 kilogramos- dañó al menos nueve viviendas y tres autos, rompió cristales, provocó un ligero movimiento de tierra y el estruendo se escuchó más allá de los 20 kilómetros a la redonda.

El estallido provocó que los vecinos de la zona se alarmaran y comenzaran a dar voz de alerta por redes sociales, hecho que generó terror e incertidumbre entre la población.

Los primeros en llegar al lugar del desastre fueron los elementos del Ejército mexicano y de la Secretaría de Protección Civil del estado, quienes fueron los encargados de apoyar a las familias que se encontraban bajo los escombros, además de acordonar la zona.

Minutos después arribaron los cuerpos de emergencia quienes reportaron el fallecimiento del joven Edwin Antonio Rivas de 19 años, nueve personas con lesiones y cuantiosas pérdidas materiales en más de 60 viviendas, tres de ellas declaradas como pérdida total.

Entre los lesionados se encontraban Fernando Cosquilla Fernández y su esposa Rebeca Tapia Beltrán, así como sus dos hijas, Itzel y Yaritze Cosquilla Tapia, de 8 y 2 años, respectivamente.

Del mismo modo fueron localizados con vida entre los escombros Mauro Alejandro Moguel Ventura de 40 años, Mauro Moguel García de 14, Karina García Andrade de 31, Ariana García Andrade de 21y Omar Alejandro Babum Ventura de 30.

También quedó al descubierto el cuerpo de Ana Lilia Landa Hernández, una mujer de 62 años de edad que fue encontrada en estado de momificación en la casa marcada con el número 11, en la acera de enfrente, quien se informó había fallecido tres meses previos.

Por la mañana el primero en llegar al lugar fue el alcalde Américo Zúñiga Martínez, quien se comprometió a apoyar a los vecinos afectados a través de la póliza Mi Hogar Seguro, por un monto máximo de 65 mil pesos.

Acompañado por el subsecretario de Gobierno Marlon Ramírez Marín, el presidente municipal garantizó que el Ayuntamiento daría todo el respaldo a los afectados; sin embargo, el hecho generó que las familias de la calle Mártires de Xalapa se amotinaran para exigir apoyo y seguridad en la zona.

Casi 10 horas después, pasadas las 13:00 horas de aquel domingo,arribó el gobernador Javier Duarte de Ochoa,quien junto con su esposa, la presidenta del DIF estatal, Karime Macías Tubilla, recorrió la zona del desastre y se comprometió a brindar todo el respaldo de su administración, tanto a los deudos como a aquellos que perdieron su patrimonio.

En ese momento pidió a la Fiscalía General de Estado realizar un peritaje exhaustivo para determinar las causas que había generado la explosión, pues a pesar de que las autoridades de la Secretaría de Protección Civil afirmaban que el incidente se había registrado por acumulación de gas, los vecinos advertían que se trataba de la explosión de una granada.

Las autoridades municipales atendieron las demandas de los vecinos en los primeros días del incidente, solo en trabajos menores de herrería, cambio de cristales y reparación de la infraestructura.

En los días posteriores a la explosión el Ayuntamiento de Xalapa aseguró que había entregado apoyos económicos al propietario de la carnicería El Dique, Benito Ixtla Chotales y a Mauro Alejandro Moguel Ventura, Rubí Minerva García Andrade, Alfredo Rivadeneyra León y Fernando Cosquilla Fernández, quienes perdieron su patrimonio.