Reflexión

Las procuradurías infestadas de corrupción e impunidad

José



Las procuradurías del país y estatales tienen el monopolio de la acción penal para investigar e integrar las carpetas de investigación y castigar a los responsables...
Al ser México un país sin consecuencias para quienes desde el poder delinquen en diversas formas o que mediante componendas llegan a integrarse al Poder Judicial, Ejecutivo y Legislativo para enriquecerse en forma por demás descarnada y desmedida, -casos hay miles y sería prolijo darles nombre porque no nos llevaría más que a llenarnos de rabia- las condiciones sociales no podrán mejorarse jamás porque no hay llenadera y menos misericordia, es decir, somos insaciables, ¡vaya!, nos vale una pura y dos con sal que de 120 millones de mexicanos que somos, existan cerca de ochenta millones que medran en la miseria extrema.

Nunca se había dado el caso -al menos no lo recuerdo en mi larga trayectoria política- que un secretario de la defensa nacional hiciera declaraciones tan enérgicas en el sentido de que la “corrupción y la impunidad vulneran la democracia y profundizan la desigualdad” -Jornada, día 23- como lo hizo el general Salvador Cienfuegos Zepeda, lo que quiere decir y significa que el ejército ya no puede hacer más ante la crisis que se vive, pues por todas partes aparecen los muertos y descuartizados, lo que representa, auténticamente un peligro de quienes nos gobiernan, al demostrar total deficiencia e incapacidad para que esta nación se desarrolle pacíficamente.

El general secretario señala que no existe voluntad, decisión, entrega y perseverancia, “con la ferviente vocación de servir a México” cuando en la inauguración de un taller sobre “obligaciones y responsabilidades bajo el Sistema Nacional Anticorrupción” al destacar la importancia de la reforma que crea el sistema nacional anticorrupción (SNA) y sus reglamentos, sin embargo se deja entrever que si la secretaria de la Función Pública, Arely Gómez González, ahí presente, nada hizo siendo Procuradora General de la República, muchos podrá hacerlo desde ahí, por ello es elocuente lo expresado en ese acto pues se auguran malos resultados, no hay esperanzas de que esto cambie, al menos en el corto tiempo.

Si las procuradurías del país y estatales tienen el monopolio de la acción penal para investigar e integrar las carpetas
de investigación y castigar a los responsables, -aunque el nuevo código de procedimientos penales permite la investigación particular y entregarla al juez- la función esencial es de ellas que, siendo omisas, alientan la impunidad que existe en el país y la corrupción se extiende como hidra.

Ningún castigo se infirió a la ex procuradora Arely ni tampoco al ahora ministro de la corte suprema Medina Mora, sino que fueron premiados por sus elocuentes servicios a la patria; a la primera al llevar a los gobernadores bandidos a prisión y concluir eficientemente con la investigación de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, las muertes de Tlatlaya o Tanhuato, de Michoacán, etcétera, y al segundo por la excelente detención de unas indígenas secuestradoras y la francesa, liberados por violación a sus derechos humanos, por lo mismo, ninguna esperanza queda pendiente con este sistema que solo nos convertirá en el hazme reír en el mundo, pues hay otra elocuencia visible y risible con Virgilio Andrade, nombrado por Peña Nieto para que lo investigara, con lo de la casa blanca y obvio, cumplida su histórica tarea, ahora despacha en Bansefi, es decir, es una bonita familia que en aras de la complicidad sigue en el presupuesto, lo que ya preocupa al ejército que, siendo su función velar por la seguridad de la nación, se le envía a realizar funciones totalmente desnaturalizadas de su objetivo esencial.

Todo esto es preocupante porque apenas se está poniendo a funcionar el nuevo sistema penal acusatorio y oral, y ya preocupa a los gobernadores para que se le reforme ante la ineficiencia de sus equipos -que no prepararon desde las reformas del 2008-2014- cuando el sistema es bondadoso, porque su tarea esencial es evitar tantas injusticias cometidas, ahora se protege a la víctima u ofendido y se impide que un inocente pague una condena injusta, que la privación de la libertad sea siempre la última de las medidas preventivas y sancionadoras, en síntesis, que se respeten los derechos humanos que todavía no se entiende, ante tantas barbaridades que observamos.

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