Contaba la abuelita que, en una ocasión, a una vecina el marido la tundió a golpes y esta se comenzó a quejar por esas agresiones, al grado que salió otro vecino con un machete en la mano y le dio un planazo al agresor, para que dejara en paz a esa señora; cuando la ofendida vio que su marido se encontraba en desventaja, le gritó al que la defendía “déjelo, usted no se meta, él es mi marido y si quiere me puede pegar…� al tiempo que buscaba a su pareja para consolarlo del golpe que había recibido.

El hombre del machete se quedó sorprendido, observando la escena. Ya no había nada que hacer ante la acción de la mujer golpeada.

Los comentarios del resto de la gente vinieron de inmediato: “Déjala que le peguen, para que te metes, ni te lo agradeció, solo te expusiste a que el loco del marido te hubiera enfrentado y las cosas hubieran terminado muy mal�.

Guardando todas las proporciones, me vino el recuerdo de esa anécdota cuando supe que los vecinos del fraccionamiento Monte Magno, el domingo ante pasado solicitaron el auxilio de los uniformados, porque cuatro individuos habían robado una casa de esa zona. Llegaron los policías casi de inmediato y corriendo todos los riesgos –porque hubo balazos- lograron detenerlos, los hicieron que se entregaran aunque antes habían recibido disparos, que afortunadamente no los lastimaron, pero se expusieron con mucho valor y heroísmo.

A los delincuentes los regresaron a Perú

Los delincuentes solo estuvieron una semana detenidos y este lunes los dejaron libres, porque no se integró debidamente la carpeta, es decir, pareciera que alguien dijo “déjenlos, no se metan con ellos, aunque traigan armas, que se vayan…�.

La jueza de control, Verónica Portillo Suazo, dio su versión y dijo que en ese expediente no se realizó la descripción correcta de los objetos presuntamente extraídos de la vivienda, además, no se justificó la procedencia de los mismos al carecer de los peritajes de avalúos, por lo tanto no existían los elementos suficientes.

El fiscal general del Estado, Jorge Winckler Ortiz, no dijo nada, se quedó mudo cuando vio este martes a los reporteros en el puerto de Veracruz y no se atrevió a decir un solo comentario, solo aceleró el paso.

El gobernador Miguel �ngel Yunes Linares dijo al ver la insistencia de los reporteros “No compartimos el criterio de la juez que los liberó, quien consideró que no era suficiente haber sido detenidos en flagrancia con armas, con objetos robados, consideró que no era suficiente vincularlos a proceso y los liberó�.

Para que no sigan haciendo daño a los veracruzanos a esos cuatro malandros ya los deportaron y ahí termina la historia.

¿Quién finalmente será el responsable de haber dejado en libertad a esos caballeros?, no lo sabemos, pero el Fiscal que representa un organismo independiente, de nueva cuenta fue exhibido y tuvo que intervenir el gobernador para ayudarlo a salir del penoso momento.
La jueza seguramente va a ser interrogada acerca de este caso.

Los que probablemente están muy motivados con esa capacidad de resolver los problemas, deben ser los policías, que expusieron la vida para cumplir con su deber. ¿Saben cuándo van a volver a exponerse? Lo dejo de tarea.

MAYL habla por todos sus colaboradores, dijo a los reporteros

“Aquí habla el gobernador�, fue la frase que retumbó (no cimbró) en los oídos de los reporteros, que le preguntaban a los secretarios y al Fiscal General del Estado, acerca de sus actividades.

Nada extraño que así haya aclarado el gobernador Miguel �ngel Yunes Linares, por qué no permite que el resto de su gabinete haga declaraciones ante la prensa. La ley mordaza en su más amplia expresión.

Que no permita que hable el secretario de gobierno, Rogelio Franco Castan, podría entenderse, porque él es su jefe, pero evitar que declare Jorge Winckler Ortiz sería violar la verdadera autonomía de otro poder.

No prohíbe a Winckler, prohíbe que hable