Alma Grande
Cu谩l es la mano que mece la impunidad
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La impunidad en la que vive Javier Duarte y sus c贸mplices se convierte en un puente para que otros hagan lo mismo sin que haya el menor asomo de un castigo
Se dice que cuando no pasa nada es que algo pasa y grave.
Esto es lo que sucede en Veracruz, que pareciera convertirse en el epicentro de la impunidad del pa铆s. Las autoridades decidieron diluir un problema grave en lugar de enfrentarlo. As铆, la impunidad en la que vive Javier Duarte y sus c贸mplices se convierte en un puente para que otros hagan lo mismo sin que haya el menor asomo de un castigo.
Todos han quedado mal con la opini贸n p煤blica, con la historia y con ellos mismos, pero han servido a quien pareciera seguir teniendo el poder. De nada sirvieron las promesas de campa帽a del actual gobernador, ni los desplegados de los testigos y las denuncias de los ofendidos, ni las period铆sticas, ni las reiteradas llamadas de atenci贸n de la Auditor铆a Superior de la Federaci贸n, ni la indignaci贸n de los veracruzanos.
Las leyes en este caso se enfrentan para ocultar su parte de complicidad. La fiscal铆a estatal culpa a la PGR de no actuar correctamente, la PGR, se帽ala a la justicia veracruzana de no actuar en consecuencia de un caso que no tiene precedente en la historia de Veracruz ni del pa铆s.
Es decir, el robo m谩s grande que un gobernador haya cometido contra el dinero de la gente, queda impune, invitando a otros a hacer lo mismo.
As铆, afirma un portal de noticias que Javier Duarte y c贸mplices desviaron 4 mil 630 millones de pesos destinados a servicios de salud y educaci贸n en Veracruz, de acuerdo con el informe de la Cuenta P煤blica 2015.
En total, mil 147 millones 364 mil pesos que deb铆an usarse en mejorar la infraestructura educativa y en la operaci贸n de escuelas de tiempo completo en Veracruz fueron desviados a cuentas bancarias 鈥渄onde se maneja gasto corriente, cuyo destino final se desconoce鈥.
Pero eso es s贸lo en un a帽o y lo que pudo detectarse, ah铆 no est谩n incluidas las empresas fantasma, ni las triangulaciones de lavado, ni la retenci贸n de dinero a diferentes instituciones.
Porque Duarte y su banda afectaron a todos los veracruzanos pero indignaron a todos los mexicanos.
Se burl贸 de los ancianos, de los profesores, de los hoteleros, de los catedr谩ticos, de los restauranteros; al robarles directamente lo que por derecho les corresponde.
D贸nde se encuentra el estado de derecho del que hablan los pol铆ticos en el poder desde todas las tribunas y de todos los partidos pol铆ticos.
En el caso de Javier Duarte y sus c贸mplices no hay justicia ni legalidad, simplemente el permiso para seguir delinquiendo y convocando a otros a que lo hagan.
Las declaraciones del padre Alejandro Solalinde en un programa radiof贸nico del mediod铆a, fueron fuertes al decir que 茅l ha se帽alado las coordenadas del lugar donde se encuentra Javier Duarte, pero nadie acude a ese lugar a detenerlo. M谩s a煤n asegur贸 que es el Ej茅rcito quien lo protege.
Las elecciones est谩n a la vuelta de la esquina y el PRI parece resignarse a su suerte, porque no ha hecho ning煤n tipo de presi贸n para que su ex militante sea detenido.
Con el pretexto de que Javier Duarte ya no es pri铆sta, el tricolor se considera al margen de este problema que seguramente se le revertir谩 en los comicios del 4 de junio, cuando las 212 presidencias municipales de Veracruz est茅n en juego.
Aqu铆 lo m谩s importante
no es simplemente la impunidad en la que inexplicablemente se desenvuelve el ex gobernador Duarte, sino los motivos de esa impunidad, que acusa complicidad desde todos los 谩ngulos de la impartici贸n de justicia del pa铆s.
Lo que hay detr谩s de la impunidad suele ser la cara oculta de la complicidad, esto se convierte entonces en un grave problema de dimensiones nacionales que cuestiona toda actividad de los tres niveles de gobierno.
Finalmente el PRI es una v铆ctima m谩s de los excesos de Javier Duarte y sus protectores, quienes quieran que sean 茅stos. Porque amparados en la mala memoria de los mexicanos intentan competir por las 212 presidencias municipales, cuando en realidad el pron贸stico es un cambio radical en la geograf铆a partidista de la entidad.
Las encuestas mandan al cuarto lugar electoral al PRI en Veracruz. Una vez perdida la gubernatura como uno de sus 煤ltimos bastiones, el PRI tiene poco que hacer en la pelea por las presidencias municipales.
Nadie ha podido mover a la impunidad que impera en Veracruz, ni las promesas del gobernador que asegur贸 que se detendr铆a a Duarte, se le encarcelar铆a y se har铆a justicia tambi茅n contra sus c贸mplices.
Los medios de informaci贸n que en muchas ocasiones fueron reprimidos durante el gobierno de Duarte, parecieran carecer de voz en medio de este vendaval de corrupci贸n e impunidad que reduce a los comunicadores a simples cronistas de una realidad que no puede cambiarse ni corregirse, aunque se atente contra la raz贸n y la justicia.
Los medios de informaci贸n durante el gobierno de Javier Duarte fueron v铆ctimas directas de sus fechor铆as. Mataron a varios reporteros, fot贸grafos, secuestraron a trabajadores de talleres, amenazaron con quemar las instalaciones de trabajo, etc.
Esos medios que denunciaron, que cumplieron con su responsabilidad hist贸rica y su compromiso social, ahora sus actividades no sirven de nada. Se han anulado los medios como si se tratara de una plaga nociva para el estado.
Es decir, en este pa铆s quien hace su trabajo y cumple con su tarea es marginado y quien abusa del poder es premiado con el tesoro m谩s grande de un delincuente: la impunidad.
La poblaci贸n que es la m谩s ofendida en Veracruz no tiene voz, pero su voto lo dirigi贸 a cualquier partido pol铆tico menos al que perteneci贸 Javier Duarte. Un partido que actu贸 con una simulaci贸n de rechazo, cuando todo el tiempo que estuvo Duarte realizando sus delitos guard贸 no s贸lo silencio sino hermetismo sobre el tema.
Ni un solo veracruzano estuvo a salvo de las agresiones, porque atac贸 todos los 谩mbitos de la vida cotidiana de la entidad. No hubo rinc贸n del presupuesto del que no tomara una parte para s铆, pero a pesar de ser el ladr贸n m谩s grande de cuello blanco en la historia del estado, el delincuente est谩 libre y gozando de un dinero que no le pertenece.
En los reclusorios de todo el pa铆s hay internos encarcelados por robarse un pan, una torta, un taco. No tienen juicio ni sentencia, simplemente est谩n ah铆 de por vida, olvidados por la justicia que creen impartir las instancias encargadas de vender la legalidad al mejor postor鈥 Esta columna se publica los lunes, mi茅rcoles y viernes.
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