El agudo divisionismo y la desbandada de importantes cuadros políticos, hacen pensar que el PRI, no llega a las elecciones municipales vivito y coleando, todo lo contrario, están acelerando su muerte política para beneficiar a intereses externos a cambio de impunidad. Aunque usted no lo crea, pero hay priistas que con tal de salvar el pellejo son capaces de eso y más.

La nominación del inexperto Renato Alarcón Guevara, no fue bien vista por varios grupos que convergen en ese instituto político, principalmente el del senador peroteño Pepe Yunes Zorrilla, quien el día de la toma de protesta del exdelegado del ISSSTE, tenía cara de pocos amigos. El otro senador, Héctor Yunes Landa, acostumbrado a vender elecciones para guardarse millones, le vino como anillo al dedo.

Renato, llegó al PRI con la consigna de desaparecer la dirigencia estatal heredada por Felipe Amadeo Flores Espinosa, pero se toparon piedra con coyol y por lo menos no ha podido con dos poderosos, la secretaria general, Regina Vázquez Saut, hija del extinto cacique del sur, Cirilo Vázquez y el secretario de Organización, Fidel Kuri Grajales.

Precisamente es Kuri Grajales quien pone en su lugar a Renato, luego de que éste, dos días después de asumir la dirigencia estatal, pretendió desaparecer la oficina (no la cartera) del Secretario de Organización y descaradamente apropiarse de sus muebles de oficina que el mismo diputado federal adquirió con sus propios recursos.

Pero lejos de buscar la reconciliación y la unidad priista, Renato, se ha encargado de cerrar las puertas a importantes cuadros como Nicanor Moreira, empresario xalapeño que siempre estuvo cerca del partido, y de Daniel Baizabal, en Emiliano Zapata, ambos buscando ser los candidatos oficiales de la alianza PAN-PRD, en sus respectivos
municipios, con amplias posibilidades de triunfo.

Además, el dirigente estatal del PRI, ha ejercido una cerrazón a otros grupos políticos que ni si quiera han sido tomados en cuenta, peor aún cuando el empresario Ricardo Ahued Bardauil, ha dicho que no contendrá por el partido que lo postuló como candidato local, al que desde la tribuna legislativa siempre lo cuestionó y votó en contra de algunas iniciativas enviadas por el entonces gobernador Duarte, al considerar que no eran las adecuadas para el bien común del pueblo veracruzano. Ahued, no fue un legislador agachado ni servicial con una administración estatal tachada de corrupta.

El objetivo del diputado federal Adolfo Mota Hernández, quien es el verdadero dirigente del PRI veracruzano, con la anuncia de su gran amigo Emilio Gamboa Patrón, es enterrar al PRI, al menos en estas elecciones del próximo 4 de junio y también para el 2018, a cambio de impunidad para que no lo lleven a juicio por las atrocidades que cometió siendo secretario de educación en la entidad. Dicen que vendió al PRI, y para eso tenían que colocar a una persona inexperta con el cuento que con sus manos limpias iba a unir y a entregar buenos resultados en este año. Totalmente falso.

Por eso es que no permitieron la entrada a Veracruz, de Fidel Herrera Beltrán, ni maniobrar a sus anchas al senador José Yunes Zorrilla, quien al parecer ya se abrió de la contienda municipal y no le interesa colocar a su gente para buscar alcaldías.

Gamboa, Mota y Renato Alarcón, ya saben lo que van hacer con el PRI en Veracruz, al menos que un milagro suceda y los aten de pies y manos, pero se ve difícil que eso suceda, al menos no para las elecciones municipales.

NO MARCHEN

Cómo estará de preocupada