Reflexión

La nación se hunde, la corrupción se fortalece

José



Un vergonzoso y miserable aumento al salario mínimo llena de orgullo a la plutocracia
La nación vive y estará viviendo, en lo subsecuente, los peores días de su existencia. Un pueblo engañado, ultrajado, violado, saqueado, ignorado por sus gobernantes, en fin, donde los bandidos han hecho su agosto y continuarán en su política de exterminio de los bienes nacionales, han sentado sus reales y su insensibilidad llega a lo más profundo del alma de una ciudadanía que vive en la desesperación y que el divorcio se acrecentara sin ponderar que la pradera está seca y que un flama puede incendiarla.

Un vergonzoso y miserable aumento al salario mínimo llena de orgullo a la plutocracia, pues ahora se podrá vivir con menos de cien pesos al día, mayúscula ignominia y burla que zahiere a la más consolidada ignorancia, sin embargo, nace la esperanza que las cosas cambien para bien de todos, sin que se tenga seguridad de nada, salvo la inseguridad, la desconfianza y la amenaza latente de que el grueso de la población seguirá sin empleo y con hambre y sed de justicia, la misma que ha prevalecido en el país y que ahora se ha fortalecido, porque la corrupción es mayor, ya no se roba por necesidad si no que ahora es por vicio, nadie detiene la voracidad.

El vandalismo es penalizado y se amenaza a quienes saquearon la tiendas comerciales con sanciones que los tendrán , si se puede, de por vida en prisiones es cultivo de delincuente y hacinamientos deshumanizados , pues hay que salvaguardar a los que crean los empleos miserables en este país, como el empresario que tiene un patrimonio que casi supera las reversas que nuestro país tiene para apoyar nuestras importaciones y quien , en sus diversas tiendas – Telcel , Sanborns , Sears y tantas más- apenas cumbre el salario mínimo, lo que en otro país del mundo no se le permitiría, aquí se puede dar ese lujo de presumir que se apoya con vigor a los miserable, tamaña aberración , condenable, pero plausible por su benevolencia.

Al presidente Peña le duele tomar la decisión de aumentar las gasolinas,- llega hasta las lágrima-, porque es un subsidio que no beneficia al grueso de la nación sino que es a una minoría, pero no pondera que el único medio transporte es por
carretera que, por cierto, se encuentran en pésimas condiciones, porque los ferrocarriles,- orgullo de la revolución- por ser improductivos, se enajenaron, al igual que se está haciendo con las demás energías, que son mal negocio para el pueblo, pero excelentes para la iniciativa privada, es decir, la riqueza en manos de las auténticas minorías es y ha sido el mejor de todos.

La corrupción es signo de este tiempo y el mejor referente lo es en el servicio público, pues Peña Nieto, que llegó al gobierno de Montiel en el estado de México por” su gran capacidad y experiencia”- no por el parentesco- y como ensalmo al gobierno de esa entidad federativa y más tarde, en alianza vergonzosa pero efectiva con Moreira ,Duarte, Esther Gordillo y un cúmulo más de corruptos a la presidencia de la república donde ha propiciado el destrozo del país y continuará haciendo porque en los dos últimos años que le quedan, podrá designar, sin contrapesos, vaya , impunemente, a los gobernadores en 2018 y asombrase, al candidato de su partido a la presidencia de la república, es decir, va solo en este derrotero e imparable , así es que, o profundizamos en la lucha social, o que Dios nos agarre confesados, por lo menos.

Aunque la crisis es imparable, no se ve ni se siente que exista grandeza para sentar las bases para un futuro halagador y sin amenazas para los mexicanos, sencillamente porque está inmerso en la corrupción y destrozarla,- formando parte de ella- no es dable por no haber demostrado estatura de estadista y sin contrapesos dentro del poder , se vuelve imparable, pues no como en el caso de Miguel Alemán Valdés que cuando todos aseguraban que quien sería el candidato del sistema era Casas Alemán, al final, resultó Ruiz Cortines que de entrada destituyó a la mayoría de los gobernadores que, como ahora, se habían convertido en los vándalos y atracadores del país. La historia se repite, pero no existe un Cárdenas ni tampoco un general como Enríquez Guzmán que hagan sombra , así que lo que viene es peor de lo que ahora estamos sufriendo.

*Diplomado en amparo y derechos humanos.

limacobos@hotmail.com